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Séptima Edición
23 de diciembre de 2016
OPINIÓN
Ser voluntario
Vivimos en una sociedad que nos conduce al egoísmo, al odio, al miedo. Muchas veces nos hace olvidar
nuestra función social para convertirnos únicamente en individuos egoístas, en un mundo donde el
materialismo reina por encima de todos los ideales, y el estatus de una persona se mide por su poder
adquisitivo.
Un mundo inmerso en un túnel, un túnel largo y tedioso, donde algunos luchan para salir hacia delante
para ver la luz al final: la luz de un nuevo amanecer, una esperanza para las futuras generaciones.
La humanidad está en un proceso de declive, está inmersa en una falta de valores y solidaridad
generalizada, donde no hay espacio posible para que tengamos la libertad de elegir nuestro futuro, ya
que unos pocos deciden sin prejuicio alguno sobre otros muchos, generalmente a favor de sus intereses
personales.
Unos pocos, inconformistas y valientes, luchan por unas causas con un objetivo común, que tenga como
consecuencia la prosperidad de nuestra raza, la raza humana, y demás especies, en favor de un mundo
mejor y más justo. Pocos son los elegidos los que han salido de la caverna platónica, con el objetivo de
sanar el tumor que ha creado la sociedad en la humanidad. Esos elegidos que tratan de mostrar el
camino a futuras generaciones, para que sus acciones no sea polvo en el viento con el paso de los años y
garantizar la salvación de en definitiva nuestro hogar, el planeta Tierra, y sus habitantes.
Unirse a un grupo de voluntariado significa la enseñanza de valores como la solidaridad, la
perseverancia y en general los valores que necesitan las nuevas generaciones. Un voluntariado
realizando diferentes experiencias, con objetivos distantes, pero a la vez comunes que aparte de
ayudar a cambiar nuestro mundo, nos inculca ciertos valores e ilusión por tratar de realizar acciones con
las cuales tratar de mejorar la realidad en la que vivimos.
Ser voluntario nos hace ver la importancia de luchar por un mundo más justo y aunque es verdad que los
voluntarios hoy en día son una gota en el océano, esa gota al caer, lo altera creando ondas, cambiando
el océano para siempre. Cambiemos el mundo.
Luis Lucero (2º BACH).