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Sexta Edición
20 de junio de 2016
La segunda y última semana fue cuando el colegio nos organizó las excursiones para que tanto mexicanos como
españoles disfrutásemos de salidas culturales a las Pirámides de Teotihuacán, al Castillo de Chapultepec y otra al
famoso parque de atracciones Six Flags. A pesar de que me enfermé y solo pude ir a las pirámides, me encanto la
salida. Subí a lo alto de tanto la pirámide del sol como de la luna, en las cuales aproveche para hacerme muchísimas
fotos y hacerlas también a las maravillosas vistas que se podían apreciar desde aquella altura. Ese mismo día volví a
asistir a clase de danza aérea, donde quitando el hecho de que seguía con agujetas y me había quemado en las
pirámides, note como había mejorado y superado a mí misma. El resto de la semana la pase enferma, y fui algunos
días al colegio, en el cual ya me había hecho varios amigos y me sentía muy a gusto ya que como dije al principio,
todos me hacían sentir cómoda y me integraban en su grupo.
El segundo y último fin de semana, fue, con
diferencia, el mejor de todos. El viernes
después del colegio cogimos el coche
dirección a Acapulco, donde la familia
había reservado en un hotel para todo el
fin de semana. Nada más llegar e
instalarme con mi compañera en la
habitación, no pude evitar asomarme al
bal cón y quedarme absol utamente
prendada de la belleza de Acapulco de
noche, toda la bahía iluminada y el mar
del pacifico precioso, chocando contra las
rocas. Una vez instalados fuimos a un
restaurante típico en primera línea de playa a cenar, donde probé los camarones de Acapulco mientras escuchaba de
fondo música mexicana.
Ya lunes, ultimo día en México, fuimos a la ciudad en la cual nos montamos en el turibus para dar un tour por toda su
extensión y volver al colegio después, donde nos entregaron unos libros con fotos hechos a mano por los alumnos de
secundaria, en el cual nos firmaron todos nuestros amigos mexicanos. Fue una tarde muy emotiva, todos nos habíamos
encariñado de la gente de allí, y no nos queríamos ir. Hay tanta gente a la que vamos a echar tanto de menos,
aunque sabemos que seguiremos en contacto, las despedidas nunca son fáciles. Esa tarde la pase con Dani, viendo
películas y hablando; es increíble como en tan solo dos semanas puedes llegar a querer tanto a una persona y llegar
a echarla tanto de menos cuando aún ni siquiera estas lejos de ella.
El martes por la mañana lo aproveche para terminar de hacer mi maleta, llena de recuerdos de este gran viaje. Se
me hace muy difícil dejar atrás toda mi vida en México que, aunque solo hayan sido dos semanas, han parecido años.
He conocido a personas increíbles, con las que sé que seguiré en contacto, he visitado monumentos y sitios asombrosos,
conocido y entendido una nueva y totalmente distinta cultura, he vivido experiencias que jamás podré olvidar y me he
han hecho sentir en casa a pesar de estar a miles de kilómetros de ella. Han roto por completo todos los estereotipos
que tenía formados de México, y me han creado una imagen completamente distinta, la imagen de un país increíble y
precioso, lleno de lugares bellísimos por descubrir y de personas maravillosas que me han marcado. Y aunque se haya
acabado mi aventura en México, este no es más que el principio, el principio de muchas amistades, de muchos otros
viajes y de muchas otras experiencias, con mis nuevos amigos mexicanos y españoles con las que he forjado amistades
que sé que durarán toda la vida.
Sara Álvaro (1º BACH).