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Séptima Edición
23 de diciembre de 2016
El verano pasado tuve la oportunidad de participar en los Campus Científicos de Verano. Aunque
al principio no tenía mucho interés, el verano era muy largo y pensé una semana disfrutando de una nueva
experiencia sería bonito.
Esta es una iniciativa del Ministerio de Eduación, donde se ofrece la oportunidad de recibir educación y actividad
universitaria durante una semana, en distintas universidades alrededor de muchas ciudades de España.
Probablemente, como yo, muchos alumnos que esté interesados en inscribirse para intentar ser seleccionados,
pensarán en el tostón que puede ser una semana más estudiando, y más a un nivel alto, después de venir
saturado de un año colegio.
Pero eso mismo pensaba yo, estando equivocado. Es una experiencia mucho más personal donde lo académico
pierde algo importancia. Una semana llena de actividades de ocio, conociendo gente nueva y visitando nuevos
lugares, además de llevar a cabo tu
proyecto.
Mi primera opción fue un proyecto
fue en Ciudad Real, en la Universidad
de Castilla y La Mancha, y consistía
en Diseño y Construcción de Puentes
(Ingeniería Civil), que elegí casi a
voleo. Una toma de contacto para
conocer nuevas cosas, algo nuevo y
interesante. Tuvimos que simular la
constucción de un puente en sólo
cinco días que llevábamos en la
universidad, además de visitar
ciudades como Toledo y estudiar los
puentes de allí.
Aunque l leves el prejui c io de
encontrarte "frikis" de la ciencia, lo más
probable (que me pasó a mí), es encontrarte a algunas personas con los mismo prejuicios que tú, siendo al final
muchos iguales y gente muy buena. Siempre guiados por monitores, las actividades de ocio y turismo (fuimos
también a un parque acuático), hacen muy amena una experiencia personal que recordarás mucho tiempo.
Por último, este tipo de proyectos no debería estar cerrado para los que no estudien ciencias, y viceversa, porque
lo único que consigue es cerrarnos puertas en la cabeza, tanto a alumnos de Ciencias Sociales como de Ciencias
Puras. Yo nunca fui ni soy ningún amante de la ciencia, pero a estas edades dondeni yo ni casi nadie tiene claro ni
que quiere estudiar, muchos terminan cambiando de opinión, viene muy bien para abrir algunas ideas, sin tener
que cerrrarnos a las modalidades y sus especialidades. Este tipo de experiencias, además de académicas y
personales, son ideales para pasar una semana del verano, que es muy largo, y merece la pena para el futuro.
Domingo Caro Alcón (2º BACH).
Campus de Verano